¿Qué es?
Crisis hipertensiva es la elevación, repentina, rápida, severa, inapropiada y sintomática de la presión arterial, en persona normotensa o hipertensa. Los órganos que son blancos de la crisis hipertensiva son: los ojos, riñones, corazón y cerebro.
La crisis hipertensiva presenta síntomas y señales agudos de intensidad severa y grave con posibilidades de deterioración rápida de los órganos que son blanco. Puede haber riesgo de vida potencial e inmediato, pues los niveles de tensión estarán muy elevados, superior a 110 mm Hg de presión arterial diastólica o mínima.
¿Cómo se desenvuelve?
La presión arterial (PA) es igual al volumen de la sangre (VS) que sale del corazón multiplicado por la resistencia periférica (RP) que él encuentra al circular por nuestro organismo (PA = VS x RP.)
El volumen de sangre que sale del corazón no sufre influencias, a no ser en casos especiales de falla del órgano o exceso sanguíneo circulante. Así, la mayoría de los casos de hipertensión ocurre por alteración de la resistencia periférica.
El aumento repentino de la resistencia periférica ocurre por la falta de regulación neurodinámica de los mecanismos que regulan la presión arterial.
Las situaciones patológicas que actúan sobre la resistencia periférica pueden tener varios orígenes:
- Neurológicas
- Medicamentosas
- Drogas
- Secreción inapropiada o excesiva de hormonas
¿Qué se siente?
La crisis hipertensiva inicia de repente y la persona puede presentar:
- Sensación de malestar
- Ansiedad y agitación
- Cefalea severa
- Mareo
- Visión turbia
- Dolor de pecho
- Tos y falta de aliento
La crisis es acompañada de señales y síntomas en otros órganos.
En el riñón, surge hematuria, proteinuria y edema.
En el sistema cardiovascular, falta de aire, dolor de pecho, angina, arritmias y edema agudo de pulmón.
En el sistema nervioso, accidente vascular tipo isquémico o hemorrágico, con convulsiones, dificultad de hablar y de movimientos.
Visión turbia. hemorragias
¿Cómo se diagnostica?
El paciente normotenso o hipertenso que presente agudamente los síntomas descritos arriba es interrogado y examinado por el médico, que verifica los niveles de tensión y los encuentra muy elevados, arriba de 110 mm Hg de presión arterial mínima, con señales y síntomas propios de la crisis hipertensiva y señales de deterioración rápida de varios órganos.
Muchas veces, los pacientes tienen seudo crisis hipertensivas. Estos pacientes, a pesar de niveles elevados de presión arterial, no tienen evidencias de deterioración rápida de los órganos que son su blanco y ni riesgo de vida. En la revisión clínica, ellos componen un grupo de hipertensos que tubo su presión arterial elevada por eventos extras, como crisis dolorosas, o emocionales, pos-operatorios inmediatos, pánico o cefalea severa. Casi siempre son hipertensos maltratados o que abandonaran los medicamentos. Tales pacientes no deben ser confundidos con aquellos que tienen una verdadera crisis hipertensiva.
Urgencias
Las principales urgencias que pueden redundar en crisis hipertensiva son:
Hipertensión arterial asociada a aneurisma disecante de la aorta
Encefalopatía hipertensiva
Accidente vascular cerebral de cualquier origen hemorrágico o por isquemia
Nefritis aguda
Trauma operatorio de cirugía cardíaca, vascular, neurológica o de tumores de suprarrenal.
Crisis de rebote por la suspensión abrupta de determinados medicamentos antihipertensivos de uno continuo (clonidina) en la gestación complicada por preeclampsia o eclampsia.
Consumo excesivo de estimulantes, como anfetaminas, cocaína, medicamentos para resfriados, que contengan vasoconstrictores (para descongestión nasal)
Uso excesivo de corticoides o producción excesiva por tumores de suprarrenal y excepcionalmente, en algunos casos, por el uso de anticonceptivos.
Feocromocitoma
Por alteraciones vasculares renales agudas en pacientes ateroscleróticos, con empeoramiento de la hipertensión vascular renal.
Tratamiento
La hipertensión arterial sistémica (HAS) acompañada de gran y repentina elevación de la presión arterial requiere que los pacientes sean protegidos de lesión de los órganos que son blanco: ojos, riñones, corazón, cerebro.
Los niveles de presión deben ser inmediatamente disminuidos con medicaciones especiales orales o intravenosas, usadas por los médicos bajo control riguroso en unidades de tratamiento intensivo.
La internación con suceso evita danos severos y lesiones irreversibles que pueden llevar el paciento al óbito. Como infarto agudo, edema agudo de pulmón, encefalopatía hipertensiva y accidentes vasculares o cerebrales hemorrágicos graves o por isquemia
La intervención debe ser de intensidad correspondiente a la gravedad de la crisis para evitar las complicaciones y también impedir que la hipertensión se torne acelerada o “maligna”.
Hay algunos casos en que la presión arterial elevada no es una crisis hipertensiva y, en esta situación, el tratamiento puede ser realizado como rutina por el médico.
Entretanto, la verdadera crisis hipertensiva requiere hospitalización, atención intensiva e inmediata con medicaciones y cuidados especiales, casi siempre del género de vaso dilatadores potentes que disminuyan mucho la resistencia periférica alterada.
Preguntas que se puede hacer al médico
¿Qué es presión alta?
¿Cuál es el nivel de mi presión?
¿Debo verificar mi presión en casa?
¿Qué me puede acontecer si no tratar la presión alta?
¿Cuáles los efectos secundarios del tratamiento?