Nombres alternativos: Tinea Unguium, Infección Micótica de las Uñas
¿Qué es?
Es una infección de la lámina ungueal (uña) por dermatofitos o por otros hongos como levaduras del género Cándida, levaduras exógenas (que se forma en el exterior de otro) y otros géneros de hongos existentes en la tierra y en maderas podridas. Una única uña o varias pueden ser afectadas. En los seropositivos, por ejemplo, a menudo puede haber una múltiple afección de las uñas. Ocurre en cerca del 20% de la población adulta entre los 40-60 años. Afecta más comúnmente las mujeres debido a la mayor exposición, por el uso de los zapatos abiertos y contaminación por manicuros y pedicuros. Es rara en niños, probablemente debido al crecimiento más rápido de la uña, dificultando el desarrollo del hongo.
¿Cómo evoluciona o se adquiere?
Las fuentes de infección pueden ser el suelo, los animales, las personas o bien los cortaúñas y tijeras contaminadas. Además, la queratina, sustancia que forma las uñas es el ‘alimento’ de los hongos. Las uñas de los pies son más comúnmente afectadas, puesto que el ambiente húmedo, oscuro y calentado favorece el crecimiento de estos organismos.
Es muy frecuente el contacto del hombre con los hongos y la convivencia puede ocurrir durante años sin generar enfermedades. Éstas sólo ocurren cuando los hongos encuentran las condiciones favorables a su desarrollo, alterando el equilibrio de la piel.
¿Qué siente uno?
La afección de la uña por dermatofitos puede inicialmente ser subungueal (debajo de la uña), distal (en la extremidad) y/o lateral, subungueal proximal (respecto al cuerpo, próximo de ello) y superficial. Todas las formas pueden evolucionar para la afección total de la lámina ungueal. El inicio más comúnmente ocurre por el borde distal, que vuelve opaco con detritos córneos bajo la placa ungueal. El aspecto al principio es semejante en la porción subungueal lateral o proximal. En la superficie aparecen manchas blancas ligeramente escamosas en la placa ungueal .
Ejemplos de manifestaciones:
- Desprendimiento del borde libre: La uña se desprende de su lecho, empezando comúnmente por los cantos y volviéndose hueca. Puede haber acumulación de material debajo de la uña. Es la forma más frecuente.
- Espesamiento
Las uñas aumentan su espesor, volviéndose endurecidas y gruesas. Esta forma puede estar acompañada de dolor y llevar a la condición de ‘uña en teja’ o ‘uña de gavilán’.
- Leuconiquia: manchas blancas en la superficie de la uña.
- Destrucción y deformidades: la uña queda frágil, quebradiza, se rompe en las porciones anteriores y se vuelve deforme.
- Paroniquia (uñero): el contorno ungueal vuelve inflamado, dolorido, hinchado y rojizo y por ende altera la conformación de la uña, la cual crece ondulada y con alteraciones de la superficie.
¿Cómo hace el médico el diagnóstico?
Para la confirmación del diagnóstico se debe encontrar el dermatofito. Éste puede ser identificado a través del examen directo, sin que se requiera el cultivo. Los cultivos son difíciles de obtener y tienen interés para la identificación de la especie. Es preferible repetir el examen directo varias veces antes de recurrir al cultivo. No se aconseja administrar un tratamiento sistémico de tiña de las uñas sin tener a mano el resultado del examen micológico positivo.
¿Cómo se trata?
El tratamiento se divide en local, sistémico o combinado. La elección de una o otra forma de tratamiento depende del número de uñas afectadas, del grado de comprometimiento, del estado inmunológico del paciente y de la presencia de enfermedades que contraindican el uso de medicamentos orales. La respuesta terapéutica es determinada por el estado biológico del hongo y por el grado de comprometimiento de la uña. A pesar de ser a largo plazo, el tratamiento es efectivo, principalmente para las uñas de los pies que presentan una velocidad de crecimiento menor que aquellas de las manos.
El tratamiento debe siempre ser acompañado por médico para que él determine el término exacto del plan y también debido a que la terapia sistémica (que es local) puede conllevar a efectos colaterales y posibles intervenciones medicamentosas.
La extracción quirúrgica puede resultar dolorosa y, a veces, inútil. La extracción química por medio de urea proporciona resultado, sin embargo, debido a los nuevos temas, ha caído en desuso.
¿Cómo se previene?
La prevención se obtiene a través de los hábito de higiene como evitar la humedad en los pies por periodo prolongado. El uso de calzados cerrados que dificultan la transpiración, además del contacto de los pies descalzos en sitios públicos, como baños y piscinas, son factores de riesgo.
Se aconseja el uso de calcetines de algodón, que absorben la humedad mejor que los de nylon; y la exposición del calzado al sol, puesto que la acción de los rayos ultravioleta impide el desarrollo de moho (hongos) y de humedad.
Es prudente también observar la piel y el pelo de los animales domésticos, pues pueden ser los agentes transmisores.